El Titanic V/S Arca de Noe

Una Carta de Papa Dios para tu Vida.

El juicio Final

QUE HARE

Mensaje de Salvacion

Gracia por medio de la fe



(Charles Spurgeon)

Sería bueno ver esto desde otra perspectiva, pues deseo pedirle que observe en adoración la fuente de nuestra salvación, que es la gracia de Dios. "Por gracia sois salvos" (Efesios 2:8). Es por la gracia de Dios que los hombres pecaminosos son perdonados, convertidos, purificados y salvados. Son salvos, no porque haya algo en ellos, o porque podría haber algo que les hiciera merecedores de la salvación, sino a causa del amor sin límites, de la benignidad, piedad, compasión, misericordia y gracia de Dios. Por tanto, deténgase un momento junto a la fuente. ¡Contemple el río de agua pura de la vida mientras fluye del trono de Dios y del Cordero!

¡Cuan inconmensurable es la gracia de Dios! ¿Quién puede medir su amplitud? ¿Quién puede sondear su profundidad? Al igual que los otros atributos divinos, es infinita. Él está lleno de amor, porque "Dios es amor". Él es todo benignidad y amor sin límites, lo cual es parte integral de la esencia misma de la divinidad. Es a causa de que "su misericordia es para siempre" (Salmo 107:1) que los hombres no son destruidos, y porque "nunca decayeron sus misericordias" (Lamentaciones 3:22) es que los pecadores son atraídos a Él y perdonados.

Recuerde esto, pues de otra manera podría caer en el error de fijar su mente en la fe, que es el canal de la salvación, de tal modo que se olvide de la gracia que es la fuente aún de la misma fe. La fe es la obra de la gracia de Dios en nosotros. "Nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo" (1 Corintios 12:3). "Ninguno puede venir a mí", dijo Jesús, "si el Padre que me envió no le trajere" (Juan 6:44). De modo que esa fe, que es acudir a Cristo, es el resultado de la atracción divina. La gracia es la primera y última causa del movimiento que conduce a la salvación, y la fe, con todo lo importante que es, es tan solamente una parte de la maquinaria que emplea la gracia.

Somos salvos "por medio de la fe", pero la salvación es "por gracia". Que estas palabras resuenen como la trompeta del arcángel: "Por gracia sois salvos". ¡Qué noticias más alegres para quienes no tienen esperanza! La fe ocupa el lugar de un canal o de un tubo conductor. La gracia es la fuente y el manantial. La fe es el acueducto por el cual fluye el torrente de la gracia para refrescar a los sedientos hijos de los hombres. Es de veras lamentable cuando el conducto se rompe. Da pena ver en los alrededores de Roma los antiguos acueductos que ya no conducen agua al interior de la ciudad porque los arcos están rotos y las maravillosas estructuras están en ruinas. El acueducto debe mantenerse entero para poder conducir la corriente. En manera similar, la fe debe ser genuina y sana, conduciendo directamente hacia arriba, a Dios, y llegando hasta nosotros acá abajo, para que pueda ser un canal útil de misericordia para nuestras almas.

Una vez más les recuerdo que la fe es solamente el canal o acueducto, y no la fuente; además, no debemos poner tanta atención en ella que la exaltemos por encima de la fuente divina de bendición que yace en la gracia de Dios. No permita que su fe sea su Cristo, ni piense en ella como si fuera la fuente independiente de su salvación. Nuestra vida se halla al poner "los ojos en Jesús" (Hebreos 12:2), no mirando a nuestra fe. Por fe todas las cosas son posibles para nosotros, sin embargo, el poder no está en la fe, sino en el Dios sobre el cual descansa nuestra fe. La gracia es la máquina poderosa; la fe es la cadena mediante la cual el carruaje del alma es conectado al gran poder motriz.

La justicia de la fe no es su excelencia moral, sino la justicia de Jesucristo de la cual la fe se agarra y se apropia. La paz del alma no se deriva de la contemplación de nuestra propia fe, sino que viene a nosotros de Aquél que es nuestra paz, el borde de cuyo vestido al ser tocado por la fe, emana virtud la cual se comunica de Él a nuestra alma.

Vea, entonces, que la debilidad de su fe no le destruirá. Una mano temblorosa puede recibir un regalo de oro. La salvación del Señor puede venir a nosotros aun cuando tengamos fe tan solamente como un grano de mostaza. El poder yace en la gracia de Dios y no en nuestra fe. Grandes mensajes pueden ser enviados a través de hilos muy delgados, y el testimonio del Espíritu Santo que infunde paz puede llegar al corazón por medio de una fe como un hilo que parece incapaz de sostener su propio peso. Concentre más su pensamiento en Aquél al cual mira que en la mirada misma. Usted puede ver más allá, aun de su propia mirada y no observar nada más que Jesús y la gracia de Dios revelada en Él.

Le Invitamos a recibir a Cristo como su único y suficiente salvador
Repita esta Oración Con fe

Señor Jesucristo: Gracias porque me amas y entiendo que te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Ocupa el trono de mi vida. Hazme la persona que tu quieres que sea. Perdona Señor todos mis pecados y lava mi corazón con tu sangre preciosa. Anula y quebranta en mi vida toda maldición generacional que venga a través de mi apellido. Inscribe mi nombre en el libro de la vida, prometo Buscarte y seguirte y estudiar tu palabra para que sea una lámpara en mi camino. Señor Jesús! te pido nacer de nuevo en la regeneración de tu Espíritu Santo en mi corazón. hazme un hombre nuevo . Gracias por haber entrado en mi vida y por escuchar mi oración según tu promesa, reconozco que ahora soy tu hijo amado.
Gracias Señor Jesús mi Salvador. Amen